Veinte años de fracasos en la política-negocio de vivienda
- Finanzas
- julio 20, 2025
- No Comment
- 0
Largos y costosos traslados, el estigma de las gigantescas ciudades dormitorios // Batallan vecinos con inseguridad e invasiones // Hay más de 843 mil casas abandonadas ligadas a créditos Infonavit en todo México y 6.15 millones están deshabitadas, según el Inegi
▲ Unidades semipobladas en el municipio de Zumpango, donde la oferta de nuevas vivienda crece.Foto Marco Peláez
▲ Unidades semipobladas en el municipio de Zumpango, donde la oferta de nuevas vivienda crece.Foto Marco Peláez
▲ Unidades semipobladas en el municipio de Zumpango, donde la oferta de nuevas vivienda crece.Foto Marco Peláez
Dora Villanueva
Periódico La Jornada
Domingo 20 de julio de 2025, p. 14
Aquí parece que no hay nadie, o casi nadie, y aun así la sensación es como si cientos de miradas vigilaran desde las ventanas. ¿Es de usted ese coche blanco? Yo le recomiendo que se vayan porque las motos ya los tienen identificados
, alerta un hombre en medio de lo que son ruinas, baldío y lo que parecen nuevos cascarones para vivienda. Los tres al mismo tiempo.
La advertencia mezclada con recomendación queda en el aire y se enfila con un poco más de crudeza para que no quede duda de que el recorrido terminó: “esto está lleno de casas de seguridad de secuestradores y las motos, que son halcones, ya avisaron que usted está tomando fotos. Los tienen identificados por el auto”, reitera Antonio, mientras continúa en la cima de una pequeña montaña de desperdicios.
Una cámara que pende como tabique del cuello no puede esconderse como si nada y decir no, no soy yo; ni mi compañera está en el carro con las llaves al volante en caso de cualquier emergencia
. Así que, entre la duda de si es una recomendación amigable, una advertencia con tintes de amenaza o una exageración llevada a la leyenda, la necesidad de moverse ya no está en duda.
La Trinidad, uno de los complejos construidos por Geo durante el boom de las vivienderas en la década de los 2000, no está vacía. Los espacios de menos de 40 metros segmentados en un par de piezas, un baño y una zotehuela, se intercalan entre habitados, deshabitados y saqueados, pero una comunidad existe más allá del estigma de ciudad fantasma.
Yo la mayoría la veo habitada
, dice sin titubeos Jairo, detrás de un mostrador. La situación fuera –al margen de su calle que podría considerarse una de las principales de esta tercera sección por la cantidad de comercios que hay (aquí una tienda, casi enfrente una autolavado, más abajo la papelería)– se podría interpretar de otra manera, cuando se ven cascarones sin ventanas ni puertas y maleza que se va midiendo contra el muro de una fachada.
La advertencia de un territorio minado por casas de seguridad hace destacar a La Trinidad, pero no es una excepción. Esta es una tierra donde las vivienderas han hecho de todo; desde casas tipo toscano
, hasta cajas de molde que se siguen levantando en Zumpango, en el estado de México; una mancha que parece crecer a tal velocidad, como si los últimos 20 años no hubieran evidenciado un fracaso en la política-negocio de vivienda.
Y podría llamarse La Trinidad, las Margaritas, la Romanza, Magnolias, Jardines de Bugambilias, toda la primavera y la campiña italiana, pero el abandono y estado semipoblado son constantes, aunque con diferente intensidad.
De acuerdo con el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) hay 843 mil viviendas abandonadas en el país. Más allá de estos inmuebles atados a un crédito, los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que según el Censo 2020 hay 6.15 millones de viviendas que no fueron reportadas como habitadas en la Encuesta Nacional de Vivienda.
Zumpango, como pocos municipios, representa el despliegue a despoblado del fraude como promesa de vivienda. Por años, La Trinidad se ha vuelto un caso paradigmático porque los moldes rellenados con cemento condensan chapuza y rentabilidad empresarial (bit.ly/3ICCBDV, bit.ly/4kKQGMQ), pero la vivienda deshabitada avanza, se amuralla en nuevos y no tan nuevos fraccionamientos.
Desde la carretera se pueden ver las casas deshabitadas en fraccionamientos y claustros de todos tipo y color, la mayoría en la gama del blanco al arena. Se intercalan entre varios otros inmuebles que sí parecen ocupados, pero que no están a salvo de la inseguridad.
Hace unos meses intentaron invadir varias casas del Punta Palermo; a raíz de eso ya la entrada y salida al fraccionamiento están muy controladas
, cuenta Abraham Jiménez, quien más allá del tema de la seguridad, que se ha logrado solventar en su unidad, enfrenta el reto de trasladarse a diario a su trabajo en la Ciudad de México desde Tecámac, municipio vecino de Zumpango.
Las entradas y salidas peatonales ahora necesitan un tipo TAG o huella digital. Tuvimos que dar nuestros biométricos. Y en auto, si eres visita te revisan la cajuela para que no lleves artículos sospechosos. En algún momento, en el pasado, se dieron secuestros; entonces es para que no lleves a alguien en la cajuela.
Sin embargo, muros y rejas no son impenetrables. “Ya se han cambiado en un par de ocasiones a las personas de seguridad que cuidan el fraccionamiento porque unas se vieron involucradas con Los 300 (un grupo de personas acusadas de extorsión). Daban el pitazo de ‘esta casa está vacía, ¡cáiganle!”, agrega Jiménez.
Si bien ya no es un tema de invasión (al menos en su claustro), sí hay muchísimas casas vacías. El fraccionamiento en el que vivo se divide en fases. Yo vivo en la fase uno y sólo ahí son unas seis casas vacías y que llevan así por los menos un par de años. Se ven descuidadas. En la fase dos también hay varias casas vacías
, añade.
–¿A qué atribuyes el abandono?
–Sobre todo a la distancia. Es muy complicado ir a la Ciudad (de México). Hay mucho tráfico y es costoso.
Más de hora y media en coche cuando las condiciones son óptimas, inmejorables, son parte de una carrera de obstáculos que se vuelve más extrema en tiempos de lluvia. El trayecto está dominado por autopistas concesionadas que doblan la cuota que deben pagar quienes trabajan en la Ciudad de México.
Esto es al norte, donde las vivienderas se convencieron de vender La Toscana mexiquense, pero también al oriente –donde su negligencia formó la Venecia mexicana
al levantar casas en zonas lacustres y al lado de canales–, donde las inundaciones vuelven de difíciles a imposibles los traslados.
Mientras Jiménez busca rentar un cuarto en la Ciudad de México porque debe salir a las 5:30 de la mañana de su casa en Tecámac para llegar a las 9 a su trabajo; en el extremo, uno de sus colegas menciona que en medio de las inundaciones recientes que paralizaron el transporte llegó a las 5 de la mañana a su casa en Geovillas de Santa Bárbara, en Ixtapaluca –también uno de los desarrollos construidos por Geo– sólo para bañarme y regresar a trabajar
.
Zumpango, Tecámac, Ixtapaluca, Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chimalhuacán fueron el epicentro –sólo en el Valle de México– de la política de vivienda protagonizada por Geo, Ara, Sare, Urbi y Homex, que se expandió sobre todo en la década de los 2000.
Como si fuera parte de un ciclo natural de la vida: nacer, crecer, usar los puntos Infonavit…, la política era incentivar a los trabajadores para que usaran su crédito aunque el inmueble a adquirir no representara una posibilidad de vivienda.
Sandra Saldívar compró en 2005 una casa en Galaxia Cuautitlán que nunca habitó. ¿Por qué la compré?.¿ Algunos compañeros del trabajo me dijeron que ocupara mi crédito. No fue tanto escoger la ubicación, era donde hubiera y cerca del trabajo no había. Nunca viví en ella porque sólo la compré para ocupar mis puntos
, explica. Luego de una década sin habitar ni rentar el inmueble, lo vendió en 2015 y le sirvió para comprar un terreno en Chiautla, Puebla.
La era de la extinción
Actualmente, ni Geo ni Homex existen. Engordadas con los subsidios públicos desplegados en el gobierno de Vicente Fox, que promovían la demanda a través de los créditos Infonavit, las vivienderas desarrollaron miniciudades en despoblados, sin servicios públicos, sin transporte, lejos de los centros de trabajo, en ejidos, en terrenos fangosos o al lado de canales.
En 2013, el gobierno de Enrique Peña Nieto promovió un cambio en la política de vivienda que dejó de apoyar la construcción en la periferia y se redirigió hacia la vertical. El golpe llegó rápido. En 2014 ambas empresas entraron en concurso mercantil, y aunque lograron salir momentáneamente, la quiebra definitiva de Geo se declaró en 2019 y la de Homex a inicios de 2025.
Atrás dejaron una serie de construcciones que en el mejor de los casos implican recorridos de dos horas para quienes trabajan en la capital. En el peor, hectáreas de despoblado intercalado con falta de servicios.
Ya no existen Homex ni Geo, Urbi ya no cotiza en la bolsa. Sin embargo, hay relevo generacional, y, pese a las viviendas inhabitadas, la construcción de ellas sigue teniendo una participación importante en la región de Zumpango. Valle de los Cedros, Solares, Privadas del Parque sólo por mencionar algunos de los desarrollos que se ven a pie de calle.
“¿Qué esperas pa’ vivir bonito?”, se lee en un entrecruce a metros de La Trinidad, que es uno de los puntos para adentrarse en el laberinto inmobiliario. Ahí, Solares trata de mover su inventario de departamentos. Enfrente un terreno en el que aún no hay construcción alguna, destaca un espectacular que anuncia un nuevo desarrollo: ejerce tu crédito Infonavit
.
En la misma Trinidad tres hileras de cajas se forman paralelamente. No tienen más de seis meses que las construyeron, según lo que comentan un par de los escasos transeúntes. Jairo apunta que en realidad las levantaron muy rápido. Como estos son moldes, sólo lo ponen y lo rellenan. Es puro concreto
, comenta.
Ya hasta están vendidas
, asegura, pese que en los alrededores se pueden encontrar una cantidad similar de viviendas sin habitar y algunos letreros de se vende
que prometen una gran oportunidad. Él, que compró su casa con Infonavit hace 12 años, en 320 mil pesos, obtuvo un buen trato porque el antiguo dueño quería irse, no era de aquí
, y se la vendió sin obtener un extra, comenta.
Oxígeno para la industria
Estas contradicciones entre una vivienda que no existe y la abandonada, abundan. Atención. Tienes propiedad de Infonavit y quieres vender, regresar o traspasar tu crédito Infonavit pongase en contacto con NOSOTROS (sic)
, se lee en una reja del Fraccionamiento Santa Isabel. Más adelante, fuera de este desarrollo, una barda adelanta: En Preventa. Casas de 3 recámaras desde un millón 130 mil
.
¿De dónde viene esta aparente contradicción?
El mercado inmobiliario de la región ha recibido una bocanada de aire, impulsada por la promesa de plusvalía
que podría dejar el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. De hecho ya se está materializando para algunos.
Las rentas incrementaron mucho, el valor de las casas igual. La casa donde vivo es de tres habitaciones, baño y medio baño, no es muy grande. En su momento costó poco más de 700 mil pesos, ahora con el AIFA vale más de 1.2 millones, o algo así. Lo mismo con las rentas. Acá antes estaban como en 3 mil, ahora hay quienes cobran hasta 10 mil por la misma casa
, cuenta Jiménez, quien necesita relocalizarse en la Ciudad de México, para esquivar los trayectos largos y costosos que le implican ir a trabajar.