Julio Boltvinik: Economía moral
- Finanzas
- junio 21, 2025
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¿Es posible una teoría económica crítica? // Libro de Márkus et al. critica a El capital de Marx y pone en duda la viabilidad del comunismo (13a entrega)
L
a persistencia de la especialización económica daña de otra manera la concepción del socialismo de Mx, pues niega que la vieja división del trabajo
pueda eliminarse, tanto la división por ramas como la división interna en cada fábrica; es decir, la división social y la división técnica del Tr. Los autores se mofan del valor que Mx otorga a la fácil movilidad del trabajador entre ramas que él vio, puesto que ésta sería la libertad de poder cambiar entre tareas igualmente monótonas. De manera extraña, añaden, Mx usa su realismo para articular una utopía. Para mantener el ideal de la reunificación del Tr manual y del intelectual tiene que llevar a sus extremos la profecía de la simplificación del Tr manual y un componente intelectual decreciente. Paradójicamente, Mx sostuvo que el socialismo (SCL) haría accesibles para todas las personas las escuelas técnicas y agronómicas. En las escuelas para las clases trabajadoras, la instrucción técnica, teórica y práctica ocuparía su lugar adecuado, dijo Mx, rompiendo así el monopolio de los trabajadores intelectuales sobre el control económico. Pensaba que todos los productores serían capaces de manejar las funciones administrativas y contables y de supervisar la administración central. Las posiciones administrativas especiales desaparecerían. En una sociedad económicamente homogénea, el Estado se esfumaría. No habría serios conflictos sociales o de interés. Pero si, contra los pronósticos de Mx, el desarrollo técnico no resultase en la reducción de Tr especializado, complejo en comparación con el Tr simple, entonces el movimiento libre de individuos entre diferentes actividades, y la desaparición de grupos fijos, no se haría realidad. Esta conclusión, añaden, es suficiente por sí misma para cuestionar el realismo de la desaparición del Estado como aparato coercitivo. A menos que supongamos, añaden, que los miembros de la sociedad SCL sean todos ascetas o santos, supuesto ajeno a Mx, entonces debemos imaginar el SCL como un sistema con sus propios mecanismos para resolver conflictos de interés entre individuos y grupos
. Pero señalan que su argumentación podría ser objetada porque se apoya en un desarrollo tecnológico extrapolado del prevaleciente en el capitalismo. La crítica de la Nueva Izquierda a la división técnica del trabajo implica que el SCL, además de abolir las relaciones de propiedad capitalistas, debe revolucionar el tipo de desarrollo tecnológico para que sea concordante con el propósito de crear una asociación de productores libres (APL). En el extremo, sostienen la idea de la revolución cultural, cuyo eslogan más extremo sería destruyan la universidad
. GM, JK y GB están de acuerdo en que la democracia en el lugar de trabajo es un componente central de la idea de SCL y que esta democracia no se puede lograr sin reformar la división técnica del trabajo prevaleciente. Pero señalan que la idea de SCL supone también la creación sistemática de nuevas oportunidades para que los individuos desarrollen libremente nuevas necesidades y exploren nuevos caminos para realizar su potencial inherente
. Esto es condición para que cada individuo encuentre, voluntariamente, su lugar en la división del Tr, sin lo cual no hay democracia en el lugar de Tr. Sin esa revolución continua de la Pr las relaciones sociales se osifican. Una sociedad osificada podría ser igualitaria, pero constreñiría a individuos y sus comunidades a condiciones fijas e inmodificables de vida. Un desarrollo sostenido de la producción, en cambio, sólo puede generarse sobre la base del progreso científico y la aplicación de sus resultados, y no hay progreso científico sin una separación entre la investigación teórica y la aplicada y sin una progresiva especialización de la pericia. “Una sociedad en la que todos somos un poco herreros, un poco diseñadores de aviones y un poco físicos nucleares pertenece al mundo de las utopías. El SCL no puede acabar con la división del trabajo entre la ciencia y sus aplicaciones, concluyen.
Hemos visto, dicen los coautores, que el cálculo de costos en términos de tiempo de trabajo (TTr) no es viable. Pero para ver si la economía SCL sería capaz de satisfacer, mediante la administración de las cosas, las diversas y cambiantes necesidades (N) de los individuos libres (agentes autónomos como productores y consumidores), suponen que sí es posible el cálculo económico en TTr. Argumentan que ello sería posible si la administración de las cosas fuese capaz de tomar en cuenta las N de los consumidores directamente sin la intervención del mercado. Dicen que Mx se percató de que el cálculo directo en términos de TTr no estaba resuelto, pues tomó como un hecho que la APL lo resolvería. Nuestros autores se preguntan si sería posible y si sería coherente con la autonomía de los consumidores. Señalan, por una parte, que aunque el problema es muy complejo, la complejidad puede resolverse al menos en principio. Por otra parte, señalan que Mx sostenía que el SCL sería aún más dinámico que el CPL, que revolucionaría constantemente las fuerzas productivas, lo que enriquecería dinámicamente las N. Citan a Mx: La Pr no sólo provee el material para las N , también provee las N para el material
. Y comentan: “Si la demanda futura será, al menos en parte, creada por la Pr futura, entonces la Pr no puede ser gobernada adecuadamente por la estructura predicha de apetencias ( wants). Cuando la sociedad decide sobre la Pr de un nuevo tipo de producto, no puede saber si habrá N del mismo y si el monto planeado de cada producto corresponderá con la N creada por él. La posibilidad de errores de asignación no puede ser descartada incluso en una economía basada en la contabilidad central de N. Al argumento de Adolph Wagner (AW) de que ninguna socialización de los medios de producción puede garantizar un perfecto ajuste entre N y Pr y que, por tanto, el valor social de los bienes tiene que estar por arriba o por debajo de su costo efectivo, incluso en el SCL, Mx condescendientemente contesta que AW no entiende lo que se discute porque supone que la teoría del valor desarrollada por Mx para la sociedad burguesa es predominante en el Estado social marxista
. GM, JK y GB comentan que al parecer a Mx no le impresionaron las dificultades económicas aunque, dadas sus intenciones filosóficas, estaba bien situado para ser consciente de ellas. La discusión compleja que siguen haciendo nuestros coautores la abordaré en las próximas entregas.