León XIV primer PAPA agustino, con carisma, sensibilidad y amor mariano.

Este 8 de Mayo tras transcurrir un día de cónclave y someterse a votación de 133 cardenales la elección del sucesor de San Pedro, en Roma, Italia fue electo Robert Prevost quien fuera Obispo en E.U.A mismo que ahora tomará por nombre en este pontificado que inicia como León XIV.

En su primer discurso y saludo al mundo dirigió a los fieles el saludo de Cristo resucitado que ha dado la vida por el rebaño de Dios.

Su primer deseo externado fue que este saludo lo lleven a sus corazones, que alcance a sus familias, a toda la tierra y que La Paz esté con ustedes.

Se refirió a la Paz de Cristo resucitado como una paz desarmada y perseverante que proviene de Dios quien nos ama a todos de manera incondicional.

Recodó que muchos aún conservamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco que bendecía a Roma y al mundo entero esa mañana del día de pascua, además  el nuevo pontífice compartió que gusta de darle continuidad a esa bendición, de que Dios nos ama mucho y el mal no prevalecerá ya estamos todos en mano de Dios.

“Unidos de la mano de Dios y entre nosotros vayamos adelante, seamos discípulos de Cristo, el mundo necesita de su luz, la humanidad necesita de ser alcanzado por Dios”.

Resaltó su espiritualidad Agustina “Soy un hijo de San Agustín en este sentido les pido caminar todos juntos hacia esa patria la cual Dios nos ha preparado”

Recordemos que la espiritualidad de San Agustín se basaba en una adhesión profunda con Dios buscando la paz interior, la humildad, la pobreza, considerando todos los bienes, tanto materiales como espirituales, como bienes de todos.

El anhelo de León XIV es ser una iglesia sinodal que camina y busca siempre la paz, la caridad y estar cerca de quienes sufren.

“Que sea una Iglesia que construye puentes de diálogo siempre abierta a recibir a todos aquellos que tienen necesidad de nuestra caridad, presencia de diálogo y amor”

El mundo pudo contemplar a un Papa que a primera vista se muestra carismático, sensible, emocionado al punto de las lágrimas y valiosamente mariano quien se refirió a ella como Nuestra madre que siempre quiere caminar con nosotros y ayudarnos con su intercesión y su amor, por ello pidió rezar juntos en la plaza de San Pedro y pedir la gracia especial a través del Ave María.

Finalmente impartió la bendición desde el Vaticano para todo el mundo.